lunes, 21 de marzo de 2016

LA LUNA DEL BROTAR DE LOS ÁRBOLES

DIENTE DE LEÓN
Taraxacum officinale, Dent de Lleó, Txikoria-belar, Dandelion




El diente de león es una planta bien conocida para la mayoría de la gente. Es una roseta de hojas grandes de borde dentado y de color verde brillante. 



El tallo de la flor, que crece unos 15 cm o más en altura, sostiene una única flor amarilla que se convierte en una pelota de pelusa blanca cuando se forman las semillas, una pelota que se dispersa y vuela con el viento.



Al cortarlos, la raíz y el tallo emanan un líquido lechoso.




La raíz, una vez seca, se puede utilizar como sustituto del café o como remedio herbáceo y las hojas pueden cocinarse. Los curanderos nativos la utilizaban como tónico para abrir y limpiar los órganos de eliminación. También ayuda a calmar y relajar ésos órganos y el cuerpo en general.  A demás, lo usaban como diurético y como agente equilibrador del nivel de azúcar en la sangre. Alguna gente Nativa empleaba las raíces como sedante.





Las hojas, especialmente cuando están más maduras, tienen un sabor amargo y también una propiedad ligeramente narcótica. En su preparación es bueno remojarlas en agua salada media hora antes de utilizarlas o hervirlas varias veces, siempre tirando el agua anterior; contienen casi siete veces mas vitamina A por cada 28g que las zanahorias o la lechuga, así como buenas cantidades de vitaminas B y C, calcio, fósforo, hierro y sodio natural, que ayudan a purificar y alcalinizar la sangre.