martes, 24 de noviembre de 2015

La Duodécima Luna del Año

Querid@s!!

Nos aproximamos al solsticio de invierno, la energía está llegando a su punto de máxima concentración y tras la noche más larga del año comenzará a expandirse nuevamente.

Presentamos la última de esta serie de entradas sobre los tótems minerales, esperamos que os haya gustado.

LA LUNA DE LAS LARGAS NIEVES

del 22 de noviembre al 21 de diciembre




La obsidiana es también conocida como vidrio volcánico, a las piezas pequeñas y redondas se las llama lágrimas de Apache. Es a menudo negra, brillante y translúcida, aunque se la encuentra en otros colores. 

Los Maya transformaban la obsidiana en espejos y joyería. Ellos, como los antiguos egipcios, también esculpieron estatuas y otras piezas decorativas de obsidiana.  Los Nativos americanos fabricaban, además de joyería, puntas de flechas, puntas de lanzas y raspadores de obsidiana.

Por su origen, profundamente enterrado en el seno de la Madre Tierra, se creía que la obsidiana tenía el poder de ayudar a conectar a la gente con la energía telúrica, enseñándoles a respetar y usar esta energía interiormente. 


Se sabe que la obsidiana tiene el poder de reflejar y descubrir los pensamientos de otra persona a aquella que la lleva, otorgando a su portador un tipo de clarividencia; debido a esta facultad, la obsidiana ha sido usada a menudo como piedra de videncia que permite ver el futuro.  A la obsidiana también se le atribuye un poder protector contra los espíritus malignos.

 
Como su mineral, la gente Alce puede ser tanto brillante como translúcida. Cuando están bien formados en su esencia, poseen un resplandor interior que ilumina su ser por entero. También tienen la habilidad de dejarte ver algo de su ser, pero no más profundamente de lo que ellos quieren que veas. 
 

A la gente Alce, como a su piedra, les puede resultar duro llegar a un nuevo punto de vista o situación, pero una vez lo han logrado, permanecen allí firmemente. En sus vidas caminan por el filo de la navaja, ya que su esencia es la dualidad.
 
Como la obsidiana, la gente de este tótem son buenos espejos para otros, cuando ellos mismos están claros. La gente Alce tiene la capacidad de penetrar a través de una gran cantidad de impresiones externas y llegar al corazón de la mayoría de los asuntos, como lo hacen las puntas de flecha talladas de su mineral. 
 

La gente Alce bien desarrollada, como su piedra, tiene la capacidad de ser clarividente y de transmitir pensamientos. Protegen a sus prójimos de los peligros que perciben, tanto a nivel material como a otros niveles.