Bienvenidos a la undécima Luma, La Luna que Congela
SERPIENTE
Serpentes, serp, sugea, snake
La serpiente o víbora, miembro
de la familia vertebrada, es un reptil sin miembros, con mandíbulas
expandibles, dientes finos e inclinados hacia lo más profundo de la boca, sin
aperturas de orejas ni parpados móviles.
Su espalda contiene, a
veces, hasta trescientas vertebras. Las costillas están ligeramente ligadas a
la vertebra para permitir a la serpiente enroscarse. También tiene una larga
hilera de duras escamas ventrales llamadas escudos, cada una de las cuales
solapa a la posterior, con su borde libre apuntando hacia atrás. Extendiendo
hacia adelante cada escudo mientras presiona hacia atrás, la serpiente es capaz
de deslizarse.
La lengua bífida de la
serpiente es un órgano muy delicado en el cual residen los sentidos del gusto y
del olfato; tienen un excelente sentido del olfato y, generalmente, también de
la vista, excepto en el periodo en que mudan la piel.
Las serpientes mudan su
piel aproximadamente tres veces al año. La sujetan a algo que esté al nivel de
su mentón y se deslizan desprendiéndose de la piel antigua. Es en esa época de
muda que la serpiente de cascabel añade un nuevo cascabel a su cola.
Existen cerca de dos mil
quinientas especies de serpientes; un buen historial para un animal que ha
existido desde el periodo Cretácico, cuando los dinosaurios estaban a punto de
extinguirse.
Son carnívoras y comen
mayoritariamente animales pequeños, como ratas y ranas, también insectos, como
moscas y mosquitos. Digieren lentamente y pueden permanecer inactivas durante
una semana después de comer. Sus comidas pueden exceder la mitad de su propio
peso.
Las serpientes son muy
adaptables a su entorno. Son exquisitamente sensibles al tacto y a las
vibraciones. Cambian sus coloraciones para armonizar con la tierra que las
rodea. En invierno hibernan.
A pesar de su reputación
de sangre fría, el cortejo de las serpientes es un asunto muy fogoso. La hembra
segrega un particular perfume almizclado para atraer al macho; éste se aproxima
a ella lentamente y, con su nariz, recorre, frotando, todo el cuerpo de la
hembra. Cuando ésta responde, se entrelazan en ligeros bucles, uno sobre otro,
y finalmente copulan, enlazando tan estrechamente sus cuerpos que son casi
indistinguibles.
Las hembras son tanto
vivíparas como ovíparas. La mayoría de las jóvenes serpientes nace durante los
calurosos meses de verano. Muchas jamás tienen contacto con sus padres.
La mayoría de las
serpientes, incluso las de variedades venenosas, evitan el contacto con los
humanos y sólo atacan en defensa propia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario